Mucho material de este blog lo saque de una pagina de una clínica de trasplantes en USA, me parece interesante para el que lo necesite, algunas cosas son útiles. En micaso yo tenia a mi hijo de 2 años y medio y las maestras del jardin y la familia lo contuvo mucho cuando su hermana y yo estuvios en el hospital internadas y su papa y yo estuvimos un mes yendo y vinendo al hospital, mientras ella se recuperaba.
El cuidado de toda la familia
Cómo enfrentar sus propios sentimientos
Desde que le dieron el diagnóstico de su hijo, sus vidas se modificaron. Un trasplante introduce cambios en su vida hogareña, incluso nuevos factores de tensión. Cada familia es única. La suya puede sentir miedo, ira, depresión y culpa. Si comparte estos sentimientos, tal vez le resulte más fácil afrontar los cambios.
Miedo
A menudo, el momento del diagnóstico es el más difícil. El miedo a lo desconocido puede ser desbordante. Tal vez ésta sea la primera vez que su hijo estuvo en un hospital. Esto puede ser estresante para ambos. Usted también puede temer al tratamiento, a los costos o a la forma en que deberá ayudar a su hijo a enfrentar un trasplante. Hable de estos miedos y sáquelos a la luz.
Ira
Puede sentirse muy enojado. La ira es una reacción normal. Busque la forma de expresar ese enojo. Salga a caminar o hable con alguien.
Culpa
Los padres pueden sentirse culpables por no haberse dado cuenta de que el niño estaba enfermo. Las familias han llegado a preguntarse si ellos habían sido los causantes de la insuficiencia hepática del niño. Otros miembros de la familia pueden sentirse culpables por estar sanos. Los niños pequeños creen que tienen "pensamientos mágicos" y pueden sentir que ellos provocaron la enfermedad. Diga a su familia que ellos no tienen la culpa de la insuficiencia hepática que sufre su hijo.
Depresión o angustia
Se usa el término depresión para definir una variedad de emociones y conductas. Sentirse triste es una reacción normal, que puede causar cambios en la rutina familiar y sentimientos de soledad. El cambio puede provocar angustia y depresión. Los síntomas comunes son:
. Ataques de llanto
. Aumentar o reducir la ingesta de alimentos
. Falta de interés
. Pérdida de energías
. Opresión en el pecho
. Dolores de cabeza
Todos estos sentimientos son emociones humanas comunes. Usted no está solo. Con el apoyo de la familia, los amigos y el equipo terapéutico de su hijo, la mayoría de las familias pueden ir trabajando sobre estas emociones. Pueden recuperar su capacidad de afrontar las adversidades, tan necesaria para satisfacer las demandas terapéuticas.
Sugerencias para enfrentar la enfermedad de su hijo:
Busque un momento para hablar en privado con su cónyuge o un amigo íntimo. .
Trate de no ponerse monotemático hablando sólo de su hijo enfermo.
Evite hablar de su hijo cuando él este presente, a menos que lo haga partícipe de la charla.
Busque formas de reducir el estrés. Usted ya sabe qué es lo que más lo reconforta. Como sugerencias, puede leer o hacer ejercicios.
Túrnese con su esposo/a o con otra persona que pueda quedarse con su hijo en el hospital o llevarlo a las visitas a la clínica. Esto ayuda a que todas las personas participen en el tratamiento de su hijo. También sirve para sanear las diferencias que pueden producirse entre los padres cuando uno se involucra en el tratamiento más que el otro.
Pida ayuda y apoyo a un miembro del equipo terapéutico de su hijo.
Hable con otros padres de niños trasplantados.
Hable con su guía espiritual.
Concurra a un grupo de apoyo.
A veces las emociones pueden ser tan desbordantes que quizá le cueste recuperar el equilibrio. Esto es muy cierto cuando hubo tensiones antes del diagnóstico. Si hubo otras tensiones o pérdidas familiares, problemas de salud mental o abuso de sustancias, tal vez se necesite asesoramiento y medicación. Hable de sus sentimientos con el equipo terapéutico para conseguir la ayuda que necesita.
¿En qué medida un trasplante afecta a los hermanos?
Los hermanos (varones y mujeres) también tienen sus sentimientos sobre la enfermedad hepática de su hijo. Pueden sentirse molestos, atemorizados e inseguros de lo que pasará. Los niños, cualquiera fuera su edad, notarán el cambio en la vida familiar. Otros pueden tener resentimiento o enojarse. Mamá y papá se la pasan todo el día con el hermano enfermo. Ellos también pueden tener sus problemas, como por ejemplo, depresión, problemas para dormir, molestias físicas o dificultades en la escuela.
Cómo ayudar a los hermanos:
Es normal que pase más tiempo con su hijo enfermo. Resérvese un tiempo para dedicar a sus otros niños.
Dígales que los ama y que son especiales.
Hábleles sobre el trasplante para que puedan comprenderlo. Ayúdelos a entender la enfermedad y la forma en que afecta a su hermano o hermana. Dígales que la enfermedad hepática no es contagiosa y que ellos no tienen la culpa.
Llévelos al hospital. Ayúdelos a sentir que participan en el tratamiento del hermano enfermo. Esto puede servirles para disipar temores y sentirse más cerca de ese hermano o hermana.
Pida a un amigo o familiar que se quede en su casa, en lugar de enviar a los niños a otra casa.
Pida a sus hijos que colaboren con las tareas domésticas. Esto los hace sentir necesarios.
Hable con sus maestros. Los docentes pueden ayudar a los niños y mantenerlo informado si surge algún problema en la escuela.
Pida ayuda a un miembro del equipo terapéutico, como por ejemplo, un especialista en vida infantil, asistente social o psicologo infantil.
1 comentario:
GRACIAS LORE!!! Es muy importante tener un lugar donde ver que existen otras experiencias además de la propia y descubrir que uno puede compartir con otro los miedos, angustias y sensaciones. Sintiendo que pueden comprendernos y entendernos porque hay un idioma en común. GRACIAS!!!!
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